
El precio de ‘Silksong’ es un golpe a la absurda escalada de precios de la industria: 20 euros por el juego más esperado del año
Con ‘Silksong‘ hemos pasado por todas las fases, si no del duelo, sí de la expectación desmesurada ante el lanzamiento de uno de los títulos más comentados del año: seis años después de su anuncio, hemos vivido la ilusión, la negación, lo hemos convertido en un meme, hemos recuperado la esperanza, y finalmente, en la Gamescom recibimos el notición de que había fecha: 4 de septiembre. Y era solo el primero de los dos grandes noticiones relacionados con la secuela de ‘Hollow Knight’.
20 euros del ala. Team Cherry, sabiendo que tenía entre manos uno de los títulos más anticipados de 2025, podía haberse subido a la parra y pedir un precio más elevado por su juego. Pero no: los aficionados han enloquecido al saber que el juego costará tan solo 19,99 euros. Y no se trata de una jugada comercial inteligentísima, sino que después de ver cómo los aficionados se pasaban meses hablando del elevado preciuo de los juegos AAA, es toda una declaración de intenciones.
Por qué no pasarse. La decisión de mantener ‘Silksong’ en 20 euros refleja una filosofía de desarrollo y comercialización que prioriza el acceso al juego del mayor número posible de jugadores sobre la maximización inmediata de beneficios. Esta aproximación no es nueva en el mundo indie, pero sí resulta notable por la magnitud de las expectativas depositadas en esta secuela. 20 euros es un precio habitual en producciones independientes, pero la honestidad de mantener el coste bajo puede generar una onda expansiva muy interesante en la industria.
No es el único. No hay que irse a las producciones realizadas por tres personas, como ‘Silksong’, para encontrar juegos más económicos de lo habitual. El francés ‘Clair Obscur: Expedition 33‘, sin duda uno de los juegos más aclamados del año, y con un acabado de superproducción, salió al mercado en torno a los 50 euros. Y China ha retorcido los precios habituales con su último éxito, ‘Wuchang: Fallen Feathersr‘, que llegó a las tiendas la semana pasada también en torno a los 50 euros.
No hablamos en estos casos de juegos de altísimo perfil como un ‘Call of Duty‘ o un ‘Assassin’s Creed‘, pero sí de juegos de alcance internacional y ventas altísimas (‘Clair Obscur’ alcanzó en 33 días los 3,3 millones de copias, y algunos analistas estiman unas ventas totales de en torno a 8). En el caso de ‘Wuchang’ ese precio rozando lo insólito para una producción de ese calibre tiene mucho que ver con las intenciones de los estudios chinos de irrumpir ruidosamente en el mercado internacional, pero estrategia comercial o no, no deja de ser notable: está claro que puede hacerse. Con esta perspectiva, está claro que plantar 80 euros de PVP a un juego puede comenzar a percibirse como un exceso.
Mundo indie. A estas alturas, decir que buena parte de los mejores juegos que salen cada año son indies no tiene nada de provocador: solo hay que tener ojos en la cara. Las tiendas digitales están llenas de juegos ya considerados obras maestras (‘Celeste’, ‘Cuphead’, ‘Dead Cells’…) en torno a los 20 euros.
‘Balatro‘, el juego sensación del año pasado, cuesta 14 euros. ‘Blue Prince‘, el mejor puzle de los últimos años, 24. ‘Vampire Survivors’, mi favorito personal de los últimos tiempos, apenas cinco. Y la lista es interminable. Las dos recientes entregas de ‘Shinobi’ y ‘Ninja Gaiden’, por ejemplo,sensacionales juegos de corte independiente, se mueven en círculos que en ningún caso superan los 30 euros y son dos de los juegos más comentados y elogiados del momento. ‘Silksong’ cabalga esta ola que poco a poco introduce un pensamiento vírico en las cabezas de los jugadores: barato no equivale a malo, caro no equivale a bueno. ¡Más bien al contrario!
Nintendo, ahora qué. El pánico se apoderó de los jugadores hace unos meses cuando Nintendo anunció el desorbitado precio de su nuevo ‘Mario Kart’, 90 euros. Su ambición no parecía tener límites: hasta por un título que parecía una demo técnica de Switch 2 como ‘Welcome Tour‘ exigía pasar por caja (a cambio de un precio reducido, sí, pero la comparación con el gratuito ‘Astro’s Playroom‘ de PS5 era flagrante -por cierto: la aventura completa de Astro Bot costaba menos de 60 euros).
Comenzó así el rumor de que el precio cercano a los 100 euros para los próximos AAA era inevitable. Y ese rumor no se ha extinguido: con ‘GTA 6′ en el horizonte es inevitable pensar en que Rockstar puede rebasar la temida frontera psicológica de las tres cifras. Con ‘Silksong’ a veinte euros no hablaríamos de un contraste brutal de precios. Estaríamos hablando, casi, de medios que circulan a dos velocidades (financieras) distintas.
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El precio de ‘Silksong’ es un golpe a la absurda escalada de precios de la industria: 20 euros por el juego más esperado del año
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John Tones
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